Los científicos aconsejan evitar los encallamientos con barreras flotantes para proteger las playas.

Un reciente estudio científico valida el enfoque proactivo y cauteloso adoptado por las autoridades locales en Guadalupe.

La instalación de barricadas que desvían los bancos de algas sargazo emerge como la mejor opción, según sus hallazgos. Estas instalaciones limitan los encallamientos y, en consecuencia, las concentraciones de metales en las costas expuestas.

El despliegue de estas barricadas desviadoras se acelera en todo el territorio guadalupeño para combatir los encallamientos de algas sargazo, con resultados variables.

Foto: Sargabarriers, barreras Flotantes de The Ocean Cleaner .fr

Sin embargo, esta iniciativa es respaldada por un reciente estudio científico publicado en "Ciencias Ambientales e Investigación de la Contaminación", que confirma la efectividad de las "políticas proactivas en la lucha contra los encallamientos" y aboga por la prudencia en los esfuerzos de rehabilitación.

Este estudio, realizado especialmente por un miembro del equipo de biología de manglares de la Universidad de las Antillas (UA), se centró en la cinética de metales pesados contenidos en las algas cuando llegan a los entornos costeros. Se tomaron muestras de la costa Guadalupeña.

Para determinar esta cinética, es decir, la velocidad a la que las algas liberan o retienen metales pesados cuando llegan a la costa, los científicos sumergieron jaulas flotantes experimentales durante 25 días en tres entornos diferentes: arrecifes de coral, praderas de pastos marinos y en un manglar.

Posteriormente, los científicos, incluido Pierre-Yves Pascal, miembro del equipo de biología de manglares de la UA, midieron las concentraciones de 19 elementos metálicos traza al final de este período. Cabe destacar que un estudio previo encontró niveles relativamente bajos de metales, excepto en el caso del arsénico. Los resultados más significativos de este estudio son los siguientes: aunque los tres tipos de algas que afectan al archipiélago tienden naturalmente a liberar rápidamente su arsénico en el manglar, esta dinámica es mucho más pronunciada que en los otros dos entornos. Esta observación lleva a los investigadores a concluir que se deben evitar los encallamientos, de ahí la importancia de las barricadas desviadoras. Además, las políticas de rehabilitación deben tener absolutamente en cuenta estos nuevos hallazgos, especialmente en lo que respecta al contenido significativo de arsénico en las algas nocivas provenientes del mar.

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